La gran mayoría de los docentes son gente sacrificada y de genuina vocación, a la que este impiadoso e ineficaz sistema de evaluar sus méritos obliga a ingresar al circuito de acumulación de puntos. Para la burocracia educativa, la dedicación y el empeño que el docente ponga en el aula no cuentan en absoluto. Sólo importa la cantidad de papeles con «puntos» previamente reconocidos.
Por Jorge O. Pozzo
DLM: Un punto harto conocido por las críticas de Docentes Libres al tema del puntaje, o cuasi reválida del título de grado que tenemos que hacer los docentes gestionando un acopio insólito de cursos que no sirven para nada, como si nuestro título no existiera o no sirviera para el ministerio de educación y encima con la promoción del «gran» gremio docente que busca la tercerización de la educación y que apuesta a esta demencial inversión del peor sueldo laboral del país.
En el mundo laboral del docente primario y secundario, todo gira en torno al famoso «puntaje docente» que otorga el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba. De ese puntaje dependen todas las oportunidades de promoción en su carrera. Por ello, prácticamente no hay docente que no esté dispuesto a invertir una parte significativa de su magro salario en pagar por aquellos cursos que han sido bendecidos por el Ministerio con el otorgamiento de una cierta cantidad de puntos, y cuyo dictado por emprendedores privados constituye una lucrativa industria, que tiene a los docentes como mercado cautivo, y que exhibe un largo historial de fraudes y falsificaciones. En última instancia, los más perjudicados son los destinatarios finales del proceso educativo: los alumnos de la escuela pública, cuyo rendimiento cada vez más deficiente es público y notorio.
La gran mayoría de los docentes son gente sacrificada y de genuina vocación, a la que este impiadoso e ineficaz sistema de evaluar sus méritos obliga a ingresar al circuito de acumulación de puntos. Para la burocracia educativa, la dedicación y el empeño que el docente ponga en el aula no cuentan en absoluto. Sólo importa la cantidad de papeles con «puntos» previamente reconocidos.