Diferencias genéticas relacionadas con la oxitocina influyen en la capacidad de empatía
Natalie Angier
The New York Times
Los científicos saben desde hace mucho que la hormona oxitocina desempeña un papel psicológico esencial durante el nacimiento y la lactancia. Pero, según parece, también ayuda a lubricar todos nuestros intercambios sociales, los miles de actos de amabilidad que hacen posible la existencia de la sociedad humana.
Una serie de nuevas investigaciones sugiere que la oxitocina se encuentra en la base de dos pilares emocionales de la vida civilizada: la capacidad de sentir empatía y la posibilidad de tener confianza.
En un estudio publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences se informa que los investigadores encontraron que las diferencias genéticas en la respuesta de la gente a los efectos de la oxitocina estaban ligadas a su habilidad para leer los rostros, para inferir las emociones de los otros y para sentir aflicción por infortunios ajenos.
Nota completa traducida en pdf: Neurociencias
Del Diario The New York Times , reproducido por el Diario La Nación de Argentina