Si bien sus comienzos demuestran la debilidad del hombre que hace prevalecer sus vanidades e ideologías preconcebidas sobre los principios morales e incuestionables del Cristianismo, en especial en relación con el Pueblo judío, su proceso de transformación ha sido un ejemplo de lo que no debe ser y de lo que debe ser.
Martin Niemöller vivió en carne propia aquello que por su ceguera espiritual había defendido.
Sin lugar a duda, la trascendencia de su vida en la historia de la Iglesia Protestante se debe más a sus errores que a sus aciertos. Pero, su arrepentimiento público, plasmado en estas célebres palabras pronunciadas por él en un sermón tras la guerra, se ha transformado en una de las grandes lecciones de la historia.
Cuando vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Mas info en http://www.thequietman.org/2008/martin-niemoller-primero-vinieron/
Frente a la terrible realidad de un hombre, acabamos siendo descubiertos todos los hombres que en un momento dado no hemos asumido la solidaridad de amigos, de compañeros, correligionarios, seres humanos…
¡Qué pena que así sea; pero es cierto! Me acuso de ello y me perdono porque no habrá de volverme a pasar. Gracias.
Hermoso, cuanta verdad!!