En el centro de América del Sur se había asentado -tras lentas migraciones de América Central- un grupo étnico con una gran extensión territorial: los Tupi-Guaraní.

GUARANIES 01 - FOTO mmo

Antes del inicio de la Era Cristiana, se generó movimiento migratorio que produjo una escisión. Por una parte los tupíes se dirigieron hacia la costa atlántica y hacia el norte, tomando el curso del Amazonas y sus afluentes. Por la otra parte, el grupo de guaraníes se movía hacia el oeste y sudeste, tomando la cuenca del Río de la Plata.

Las migraciones se dieron por diferentes motivos, uno de ellos fue la búsqueda de la «tierra-sin-mal». Se trata de una tierra fértil y apacible, donde se puede vivir a gusto, Pero a ella puede sobrevenir el mal, entonces hay que superarlo o abandonarla. Son males para los guaraníes una tierra agotada, que ya no es apta para la agricultura, o que en ella se produzcan muchas enfermedades, epidemias y muertes; o si hubiera desorden, desentendimiento y conflictos sociales o políticos entre los miembros y familias de la comunidad.

Los guaraníes, empleando canoas y balsas para viajar por los ríos, escogían un lugar para instalarse que debía cumplir los requisitos del típico «paisaje guaraní»: terrenos surcados por ríos, de alturas más bien bajas y temperaturas moderadas. Se trata de pueblos migrantes, lo que no quiere decir nómadas sin residencia fija, buscaban tierras aptas para desarrollar su agricultura muy productiva de maíz, mandioca, batata, porotos, maní, calabazas y zapallos, bananas, ananás, algodón, tabaco y muchas hierbas medicinales, cuyos excedentes motivaban grandes fiestas y distribución equitativa de productos conforme a una buena economía de reciprocidad y de dones.

La ocupación de nuevos territorios no siempre fue pacífica. A veces encontraban tribus locales muy fuertes que les impedían avanzar, y debieron torcer el rumbo; en otras, realizaban violentas conquistas y guaranizaban a los vencidos.

Luego de sucesivas migraciones que se prolongaron durante siglos, sus territorios ocupaban una extensa región del litoral que se extendía entre el río Tieté al norte, llegando hasta territorios hoy uruguayos; penetrando hacia el interior a través de las cuencas de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, instalándose en territorios paraguayos, sureste boliviano y el norte argentino donde además llegaron a habitar las islas del delta bonaerense.

La región que ocupaban era, sencillamente, colosal y formaban distintos núcleos con denominaciones diferentes, separadas por enormes distancias y tribus de otros grupos. Su lengua fue aprendida por diferentes pueblos y fue útil para usarla en el comercio, y con el tiempo se convirtió en la lengua general conocida por las tribus del sur del Brasil, Paraguay, este de Bolivia y noreste argentino.

Debido a las migraciones se fueron instalando en lugares diferentes y así con el paso del tiempo, si bien conservaron los aspectos fundamentales de su cultura, fueron adquiriendo otros y tejiendo una historia propia.

A la llegada de españoles y portugueses a esta parte de América hacia 1500 los Guaraníes ya formaban un conjunto de pueblos – la «Nación Guaraní»-, que tenían un mismo origen y hablaban un mismo idioma -con diferentes lenguas-, habían desarrollado un modo de ser que mantenía viva memoria de antiguas tradiciones y se proyectaba hacia el futuro practicando la agricultura.

Los jesuitas respetaron en gran parte la unidad del territorio guaraní entre los ríos Paranapanema, al norte, el Río de la Plata al sur, los Andes al oeste y el Atlántico al este, fundando en los siglo XVII y XVIII más de medio centenar de pueblos.

El colonialismo europeo, tanto portugués como español, explotó la mano de obra guaraní, causando muerte y destrucción cultural. El colonialismo actual es igualmente agresivo, al despojarlos de sus tierras y fragmentar sus territorios.

Kaiowá (Brasil, Paraguay) Pãi Tavyterã (Paraguay)
Caiuá (Brasil)
Sur del estado de Mato Grosso do Sul. Aldeas en el litoral de los estados de Espíritu Santo y Río de Janeiro (Brasil).
Entre los ríos Apa y Jejui (Paraguay).
Ñandevá (Brasil, Paraguay) Chiripá, Avá Chiripá, Avá-katú-eté («auténticos hombres»).
Nhandeva (Brasil), Avá Guaraní (Paraguay).
Su «hábitat histórico», estaba localizado al sur del Jejui Guazú, a lo largo del Paraná superior y al sur del Iguazú.
En Paraguay se concentran en la región comprendida entre los ríos Jejui Guazú, Corrientes y Aracay. En Brasil toma partes de los estados de Mato Grosso do Sul y Paraná. Migraciones desde Paraguay cristalizaron en asentamientos en los estados de San Pablo -interior y litoral-, Santa Catarina, Paraná y Río Grande do Sul.
Mbya

(Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay)
Su autodenominación ritual es Jeguakava Tenonde Porangue’ í («los primeros escogidos para usar adornos de plumas»).
Fueron conocidos en el siglo XVIII como monteses del Mba’everá que vivían en las selvas entre el río Aracay y el río Monday. Anteriormente fueron conocidos como Mbya-apyteré, Kaynguá, o Monteses.
Desde las laderas selváticas de la sierra de Mbaracaju hasta la provincia argentina de Misiones y los estados brasileños de Parana, Santa Catarina, Río Grande do Sul, Río de Janeiro y Espíritu Santo, con varias aldeas a lo largo del Atlántico, donde buscan construir en las regiones montañosas. Existe un grupo pequeño en Uruguay.
Tapieté(Argentina, Bolivia, Paraguay)

 

José Cardús -1884- dice que son conocidos como Tirumbaes («sin vestido»). Durante la guerra del Chaco (1932-1935) fueron llamados Guasurangüe -nombre del cacique que los lideraba-. Alfred Metraux -1946- los menciona como Tapy’y, Yanaa o Ñanagua.
Tapiete, hoy constituye su autodenominacion en Bolivia y Argentina. En Paraguay prefieren llamarse Ñandereta («nosotros»), o Ava («hombres») y cuando deben relacionarse con las sociedad nacional – por el prestigio que les otorga-: «guaraní ñandevá» o simplemente «guaraní».
Su territorio tradicional estaba en el sudeste boliviano, en las inmediaciones del río Pilcomayo. Actualmente se distribuyen:
En Bolivia habitan en la provincia del Gran Chaco del departamento de Tarija en el límite con el Paraguay, en las comunidades de Samuwate o Samayhuate, Cutaiqui y Cercada.

En el occidente paraguayo en las comunidades de Pykasu, Laguna Negra, Santa Teresita y Colonia 5.

En Argentina, en dos pequeñas comunidades de Salta: el barrio Misión Los Tapietés de la ciudad de Tartagal y la Curvita en el municipio Santa Victoria.

Aché(Paraguay) El despectivo «Guayaki» : «ratones del monte». Región oriental del Paraguay.
Chiriguanos
(Guaraníes occidentales)

(Argentina, Bolivia, Paraguay)

Guarayos en Paraguay, ellos se autodenominan Guaraní. Avá o Mbya.
En Bolivia Gurayos o Izozeños. Ellos se autodenominan Guaraní Izoceños (los que están en la región del Izozog) y Avá los que están en la cordillera. A los que provenían del mestizaje chané -de lengua arawak- y guarani los llamaban chiriguanos, denominación que se utilizó por extensión para todo el pueblo guarani de la región, siendo desechado al ser considerado por los propios integrantes como un gentilicio despectivo.

En Argentina, se los llama también chaguancos o chavancos. Ellos se autodenominan Avá o Kambá.

En Paraguay: Departamento Boquerón
En los Departamentos del Chaco Boliviano (Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija).

Argentina: Chaco Salteño


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