En las últimas dos décadas, hemos observado un proceso de formalización académica de la gestión cultural en Latinoamérica que va en dos sentidos: por una parte la profesionalización de los gestores culturales a través del surgimiento y consolidación de los programas de formación universitaria tanto de licenciatura como de posgrado, y por el otro de manera paralela, en la conformación de un campo académico, de carácter interdisciplinar que toma y adapta conceptos y metodologías de diversas disciplinas para analizar e intervenir en en los problemas, necesidades y procesos culturales.