Por razones ajenas a DLM las jornadas se posponen para el mes de Septiembre.
Un niño feliz es ruidoso, inquieto, alegre y revoltoso
Aunque no nos gusten, debemos entender que el hecho de que los niños no paren quietos es normal. Están en la edad de descubrir y experimentar, y no deberíamos coartarles.
Un niño feliz, que disfruta interactuando y descubriendo el mundo, es ruidoso y revoltoso. Ahora bien, en los últimos tiempos está apareciendo un movimiento que nos llama mucho la atención y que nos preocupa: la «niñofobia«.
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