Una vez que finalizan las clases siempre surge la pregunta ¿hay que cumplir horario?
En vez de preguntarnos si hay que cumplir horario, quizás deberíamos preguntarnos ¿qué hacemos todos los docentes una vez que finalizan las clases?
Lamentablemente una vez que los alumnos dejan de cursar, las escuelas se transforman en instituciones ociosas, pues en conjunto no se produce absolutamente nada serio, y esto se debe a la ausencia de pautas claras de las autoridades del nivel central. Lo único que en algunos casos se hace es «cumplir horario», que es lo mismo que decir «perder el tiempo», produciendo gastos (agua, electricidad, gas dentro de la escuela), transporte del docente, etc. y en muchos casos, como cuando no se hace nada, hay tiempo y de sobra para comenzar a criticar a los demás, y muchas veces se terminan generando conflictos. Por lo tanto, a la pérdida de tiempo y energía en el «cumplir horario» le agregamos la generación de problemas y malestar.